Enclavada en un estrecho barranco dominado por altos cerros y atravesada por dos pequeños arroyos, Illana es el municipio alcarreño ubicado más al sur de la provincia
Illana tiene una morfología
muy característica por encontrarse enclavada en un estrecho barranco que
dominan altos cerros, entre ellos, el popular Chichagatos. Es
atravesada por dos pequeños arroyos que la obsequian con una rica vega
de huertas salpicadas en terrazas de distintas alturas. Disfruta, por
tanto, de su zona de sola y de umbría. Se trata de un municipio de
mediano tamaño y de ambiente apacible. No peca ni de grande ni de
pequeño. En los últimos años, registra una población creciente, cercana a
los mil habitantes, que le permite seguir manteniendo los servicios
básicos (colegio, consulta médica diaria, tiendas, panadería, bares,
etc.) y disfrutar de otros extraordinarios como un piscina municipal de
verano, un pabellón deportivo cubierto y una escuela infantil, que hacen
que el devenir diario en la villa sea todavía más confortable. La
plaza de la Constitución es el centro vital de esta agradable localidad
de la Alcarria Baja y el lugar donde también se localizan, entre otros
edificios, la Casa Consistorial, un hostal, dos bares y un centro de uso
múltiples que acoge la biblioteca, el centro de internet, el hogar del
jubilado y el comedor escolar. En el apartado patrimonial, uno de los
edificios históricos más importantes de Illana es el Palacio de
Goyeneche, reconvertido hace escasos años como vivienda tutelada de
mayores. Es de estilo barroco, de la segunda mitad del siglo XVII, y tan
sólo conserva de su estética original la portada y un precioso escudo
de esta familia nobiliaria que tan importante para la historia local por
haber fundado varios talleres de fabricación de tejidos. La
pequeña zona de recreo que se habilitó en la zona baja de este palacio
cuenta con acceso a la antigua bodega, que custodiaba las más de 25
tinajas que fueron recuperadas para embellecer varios de los espacios
públicos del casco urbano. Precisamente, una de las características de
las casas de Illana es que casi todas tienen bodega debido a que la vid
fue durante mucho tiempo el cultivo dominante en todo el término. El
vino illanito llegó a ser considerado en la Corte del siglo XVII como
uno de los mejores de Castilla, teniendo el honor de presidir los
banquetes de las fiestas de recibimiento a Isabel de Valois en Madrid,
tras casar con Felipe II en el Palacio del Infantado. Además, Illana
conserva una zona donde pueden apreciarse las antiguas y peculiares
cuevas-bodegas que durante siglos fueron hogar de algunos habitantes del
municipio. Siglos después, una plaga de filoxera obligó a
sustituir la vid por el que ahora es, junto con el cereal, el cultivo
predominante y un emblema en la localidad: el olivo. Illana tuvo cuatro
molinos aceiteros, de los que hoy sólo se conserva en pie el bonito
edificio de uno de ellos. El paseo por Illana conduce por calles, muchas
estrechas, custodiadas por casas bajas de cal y canto entre las que
aparecen de cuando en cuando grandes casonas que atestiguan dónde vivían
las familias nobles y adineradas. Entre ellas, destaca el palacete de
la plaza Miguel Palomar, que también fue levantado por los Goyeneche. En
esta pequeña plaza y pegada a la fachada de la iglesia, hay una
singular fuente de tres caños. Desde este punto se llega a la
verja que custodia la entrada principal de la joya patrimonial más
importante de Illana: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, a la
que, curiosamente, siempre se ha tenido la costumbre de acceder por una
puerta lateral. Data del siglo XVI, aunque no fue terminada hasta dos
siglos después. Nada hace presagiar cuando uno contempla su sobrio
exterior, de sillar y sillarejo, que lo que va a descubrir en el
interior sea tan bello y grandioso. Sin duda, lo que hace único a este
templo son sus elegantes retablos churriguerescos (el mayor y uno
lateral), de los pocos del Barroco que están sin dorar. Durante buena
parte del año, uno de los retablos laterales tiene el honor de acoger a
la imagen más venerada del pueblo: Nuestra Señora del Socorro,
la patrona de la localidad. La Virgen, que también tiene su propia
ermita junto al cementerio, tiene en la zona del coro con una vitrina
donde se exponen todos sus mantos, procedentes de donaciones
particulares. Su festividad se celebra el 8 de septiembre y es a partir
de ese día cuando el municipio celebra las cuatro jornadas de fiesta más
importantes del año. San Roque es también patrón desde que en el siglo
XV curara a la población de una epidemia. Para rendirle honores, los
illanitos se reservan los mediados de agosto y un par de noches de
verbena.
